Nuestros Propios Virus y Enfermedades

Por Fredy González Zubiría – Investigador cultural.*

Si hay algo que los guajiros no podemos darnos el lujo, es que después de esta epidemia, la salud pública siga igual. Que la gente continúe muriendo aquí de lo mismo, y “sálvese quien pueda”.

Aquí tenemos nuestros propios virus, que nos acompañarán por siglos. Parte de La Guajira es endémica de la fiebre amarilla, trasmitida por mosquitos y se mantiene como huésped en los monos aulladores. Existe vacuna efectiva.

La vecina Laguna de Sinamaica (Venezuela), es un reservorio de la encefalitis equina. Cuando el sistema de vacunación de equinos falla en el Zulia, el virus llega aquí en seguida.

El dengue ya hace parte de nuestras vidas, hay gente que le da y ni siquiera se da cuenta que lo tiene.

La tuberculosis es un mal que no nos quiere abandonar. Hay rancherías tomadas por esa enfermedad, donde han muerto la abuela, la madre y la hija.

Algunas enfermedades se vienen heredando desde los siglos XVIII y XIX. Existen en La Guajira por lo menos 5 apellidos que tienen predisposición genética para la diabetes; unos 7 apellidos para la anemia falciforme, unos 4 para la demencia senil, unos 5 para el cáncer, al menos 4 para la dislipidemias (colesterol y triglicéridos altos) y varios para la hipertensión. Esta información va apareciendo cuando se estudia la historia de las familias.

Otro tipo de enfermedades que no tenemos la menor idea de dónde vino y ya son más de cincuenta casos en los últimos 10 años en La Guajira, es el síndrome de Guillain-Barré, que aún no se describe su real origen, pero se cree que es causado por un ataque del sistema inmunológico hacia los nervios periféricos, dando mucho dolor y debilidad muscular generalizada. Finalmente, el creciente número de nacimientos con problemas congénitos producidos por el zika.

Hace unos años estuve conversando con el médico Juan Carlos Freyle sobre su iniciativa de crear un Observatorio de la Salud Pública en La Guajira, cuyo objetivo era de dar alertas tempranas sobre brotes epidémicos en el departamento. La idea es obtener información de calidad en presente, por ejemplo, la necesidad de formar una promotora o promotor de salud en cada comunidad indígena que fuera reportando datos de salud a una plataforma virtual desde su teléfono y fuera procesada en los hospitales.

La gran enseñanza del coronavirus es la importancia de la información a tiempo y una oportuna toma de decisiones. Nuestros muertos nos duele es a nosotros, así que busquemos nuestras propias soluciones.

*Las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de revistaentornos.com

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