El valor de los ríos

Por:Weildler Guerra  C.*

 

Los recientes sucesos que el país vivió con el descenso dramático del caudal del río Cauca deberían llevar a los colombianos a reflexionar sobre el valor de los ríos. Las imágenes de miles de pequeños peces muriendo ante la ausencia de agua dejaron una marca emocional indeleble en millones de ciudadanos.  El río Cauca es el segundo en importancia nacional y ha sido escenario de trascendentales sucesos en la historia del país, desde la conquista hasta hoy. La historia del Cauca nos muestra cómo la acumulación de la intervención humana a lo largo de siglos ha  transformado su curso natural: deforestación de sus cuencas, talas, minería ilegal, contaminación y presencia de grupos armados ilegales. Estos sucesos nos recuerdan que los ríos son al mismo tiempo fuentes de abundancia y destrucción, de vida y de muerte.

Los problemas surgidos alrededor de la construcción de la represa de Hidroituango nos deben llevar a reflexionar sobre la toma de decisiones alrededor de las corrientes fluviales. En diversas partes del mundo las represas son construcciones icónicas vinculadas a un exitoso manejo del agua. Estas concepciones se derivan de ideologías de modernización y desarrollo en las que este tipo de obras son vistas como sinónimo de progreso y construcción de nación. Por lo general, se exaltan sus beneficios como la habilitación de nuevos distritos de riego o la generación eléctrica, pero sus impactos sobre la biodiversidad, la pérdida de bosque, la supresión del intercambio biótico en partes de su cauce o la relocalización de la biota, merecen una menor atención. Lo acaecido con el Cauca debería inclinarnos a escuchar con mayor atención  y a consultar a los diversos grupos humanos que viven a lo largo de las cuencas de nuestros ríos.

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Las voces surgidas en favor o en contra de la construcción de la represa nos muestran cómo alrededor de los ríos, convergen intereses y enfoques diversos, tales como el aprovechamiento social y económico de las corrientes fluviales, los valores ecológicos, las preferencias estéticas, las identidades culturales y las demandas regionales.  El cambio en los usos del agua puede afectar trágicamente a los diversos grupos humanos que lo habitan, como ha ocurrido con las comunidades de pescadores y agricultores que subsisten gracias al río. El drama no solo  involucra a la población afectada sino a la propia EPM, una empresa pública ampliamente reconocida en el país por su experiencia técnica y apego a sus valores corporativos.

Las decisiones futuras sobre este tipo de proyectos deberán ser más democráticas, pues tener la capacidad de tomar el control de los ríos implica también tener el de la gente y los demás seres vivos que lo habitan. Los ríos son lugares en donde se llevan a cabo numerosas actividades superpuestas y contradictorias nacidas de la diferencia y la desigualdad y productoras de esta. La lección que no podemos olvidar es que el manejo de las corrientes fluviales no es algo que se limite al cambio generado en el paisaje y los ecosistemas; sino que tiene que ver con la distribución del poder en una sociedad.

*Las opiniones expresadas en este  espacio  son responsabilidad de sus creadores y no reflejan  la  posición  editorial   de revistaentornos.com

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